Muchas de las bebidas gaseosas más populares son uno de los motivos de la obesidad infantil, pudiendo causar serios daños en sus huesos y dientes. Quizás sea el momento de plantearse el consumo abusivo de estas bebidas. ¿Qué había hasta ahora más inofensivo que un refresco? Incluso las personas más sanas buscaban en ellos las alternativas a los productos alcohólicos. Pero el uso abusivo de estas bebidas puede ser más nocivo de lo que en un principio se pensaba.
En un país pionero en el uso de esta bebida, como Estados Unidos -han llegado incluso a ser más utilizados que la propia agua- estimándose su consumo por persona y año en 585 latas, es decir, el triple que desde 1975.
El mimetismo que practican muchas sociedades respecto a la norteamericana, ha motivado que el refresco con gas haya ganado adeptos en otros países donde se carecía de esta tradición. El problema, se origina cuando ese consumo se realiza en detrimento de otras costumbres más sanas, como el beber leche, zumos o batidos naturales.
Los niños y adolescentes son los más devotos de estas bebidas, siendo ellos precisamente los más proclives a sus efectos nocivos y los que más impactos publicitarios reciben de este mercado…
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