¿Qué es una escuela de padres?
A todos nos resultará fácil comprender por qué no es tan sencillo romper el esquema de que los que van a la escuela son los niños, y los padres son quienes les envían, olvidando que si los padres montan su propia escuela para aprender a serlo, los resultados de todas las demás escuelas iban a mejorar notablemente. En este sentido, la Escuela de Padres debería ser la primaria, la primera de todas.
Muchos padres todavía están en esta etapa: contra los que son capaces de exigir el análisis de los principios intangibles, contra los que proponen, apelando a veces a los mismos principios que ellos, contra los que están logrando que las estructuras educativas se modifiquen, aunque estas estructuras se llamen la escuela, la familia, la sociedad los partidos políticos, la televisión o las iglesias.
Y así, tan simplemente, surge la Escuela de Padres: mucho más que como moda o tópico, como necesidad. No para que los papás acudan a una escuela, sino para que se constituyan en Escuela de Padres. No todos los padres aceptan la necesidad de una educación permanente.
Pero ya van siendo cada vez menos quienes no comprenden esta necesidad. Por otra parte, es suficientemente significativo que puedan existir todavía padres que se consideren definitivamente capacitados para la tarea educativa. Hay necesidades que nunca quedan lo suficientemente cubiertas.